Se que siempre he sido melancólica y de llanto fácil, lo tengo asumido después de tantos años, pero te confieso amor que no puedo dejar de llorarte.
No puedo ver tus conciertos o escuchar tus canciones sin que una lagrima ruede por mis mejillas. Te amo, como desde hace mucho tiempo no ame tanto a nadie. Pero no a un cantante, amo al hombre, que cantaba como los ángeles y hoy se fue al cielo para cantar con un coro angélico.
Nunca existirá nadie como tu.
Amo tus labios, tus manos, tu sonrisa, tus ojos, amo todo en ti. Lo que fuiste, como hombre, sabio y maravilloso. Por eso no puedo dejar de llorarte, por eso no puedo escucharte y pensar que no estas mas, que no podre acuñar mas el sueño de conocerte y abrazarte bien pero bien fuerte.
Que suerte aquellas que pudieron rodearte con sus brazos o llenar tu rostro de besos...yo no podre, es un sueño imposible de cumplir.
Por eso lloro porque te extraño, porque escucharte no llena ese hueco que dejaste en mi corazón, porque verte en vídeos no calma el dolor que tu ausencia ha infringido a mi alma.
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